viernes, 30 de mayo de 2008

Forma y libertad en la iglesia local - II

Cualidades necesarias para el liderato




  • Norma - Los ancianos y los diáconos deben tener cualidades específicas.


La Biblia no solo establece las posiciones de liderato en la iglesia, sino que además establece el tipo de persona que debe ocuparlas. Estas cualidades se presentan en dos lugares; 1 Timoteo 3:1-13 y Tito 1:5-9. Estos versículos describen cómo deben ser los ancianos y los diáconos. La iglesia no tiene derecho alguno para disminuir estos estándares para los oficiales de la iglesia, así como tampoco tiene derecho a elevar cualquier otro estándar como si estuviera al mismo nivel que estos que fueron establecidos por Dios mismo. Solo los estándares que aparecen en ambas referencias son absolutos.


En Tito 1:5 el apóstol Pablo dice "Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé". Así que aunque se habían establecido iglesias, las mismas no estaban completas porque no se habían ordenado ancianos con las cualidades apropiadas. De manera que Tito tenía la encomienda de llevar a las iglesias al nivel de la forma que debe tener una iglesia del Nuevo Testamento.




  • Norma - La iglesia local debe tomar la disciplina con mucha seriedad.


La situación descrita en primera de Corintios 5:1-5 es un ejemplo, entre muchos, donde se exige una disciplina basada en el principio de la pureza de la iglesia local en su doctrina y conducta. El Nuevo Testamento hace énfasis en esta pureza. Debe haber una diferencia bien marcada entre el "mundo" y la iglesia, y entre aquellos que son miembros de la iglesia y los que no lo son.


Pablo escribe "De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús."


La disciplina es importante en la iglesia. De acuerdo con esta norma, si una iglesia no imparte disciplina en las áreas de doctrina y conducta, no es una iglesia de acuerdo con el Nuevo Testamento.


El primer concilio de las iglesias




  • Norma - Hay lugar para la forma a un nivel más amplio que la iglesia local.


La forma no termina con la iglesia local. El capítulo 15 del libro de los Hechos muestra que estas iglesias no estaban completamente separadas unas de otras. Los representantes de las iglesias individuales, en un momento de crisis, se reunieron en Jerusalén en lo que se ha llamado el concilio de Jerusalén. El asunto era crucial, ¿cómo se salva una persona? (Hechos 15:1) De modo que los oficiales de las iglesias se reunieron formalmente para dilucidar este asunto.


Hubo muchas preguntas y mucha discusión. Luego hubo presentaciones de Pedro, Bernabé y Pablo. El versículo 13 parece indicar que hubo un moderador “Y cuando ellos callaron, Jacobo respondió diciendo: Varones hermanos, oídme.” Este moderador presidió la reunión y enmarcó la discusión dentro de la Palabra de Dios, la base de autoridad para la iglesia. La solución no fue simplemente algo que generaron ellos mismos, sino que estuvo basado en las Escrituras. De modo que aquí vemos una reunión, un moderador, una síntesis a la luz de la Palabra y una decisión.




  • Norma – Practicar los sacramentos del bautismo y de la cena del Señor.


Forma y libertad


Estas son las formas establecidas por Dios en el Nuevo Testamento. Estas formas no son arbitrarias, son la forma de Dios para la iglesia institucional y deben estar presentes en la iglesia de este siglo. Segundo, hay muchas áreas que se han dejado libres para que haya cambios. De manera que hay forma y hay libertad.


Cualquier asunto que el Nuevo Testamento no establece como norma para la iglesia provee espacio para que ella actúe libremente bajo la dirección del Espíritu Santo en el lugar y tiempo que le ha tocado vivir. En otras palabras, el NT establece unas condiciones de frontera, pero dentro de estas condiciones hay libertad para acomodar los cambios que surgen en diferentes lugares y tiempos.


Se pueden añadir otras cosas bajo la dirección del Espíritu Santo pero no deben tener carácter permanente. Estas pueden cambiar de acuerdo a la dirección del Espíritu Santo para responder a las necesidades del entorno. No ser capaces de cambiar bajo la dirección del Espíritu Santo, a medida que cambian los tiempos, es lamentable.




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martes, 27 de mayo de 2008

Forma y libertad en la iglesia local

La iglesia de Cristo es primero que nada invisible. Es el cuerpo de creyentes unidos por la fe en Cristo en el sentido bíblico, independiente de si son o no miembros de una organización visible (iglesia local). Incluye la iglesia actual, en guerra espiritual, así como la iglesia de ayer cuyos miembros ya están en paz. Es la iglesia universal. Cuando Cristo dijo en Mateo 16:18 "Yo edificaré mi iglesia..." se refirió a la iglesia universal e invisible.


La Iglesia Visible (Local)


Sin embargo en Mateo 18:17 Jesús dijo "Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano." En esta ocasión Jesús se refirió a la iglesia local, no tendría sentido traer frente a la iglesia invisible a un hermano con el que hemos tenido una diferencia. ¿Qué forma y libertad provee la Biblia para la estructura de la iglesia local? ¿Cuáles son las condiciones de frontera establecidas en el Nuevo Testamento (NT) acerca de esta estructura? Consideremos qué límites coloca el NT a la iglesia institucional; esto es, qué estructura básica impone. El término libertad indica que esta estructura básica tiene espacio para incluir elementos que la enriquezcan sin que haya contradicciones ni omisiones. El término institucional se utiliza para identificar la iglesia local (visible) independiente de la denominación.




  • Norma - Deben existir congregaciones locales formadas por cristianos.


En Romanos 16:16 Pablo escribe “Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.” La referencia no es a la iglesia en singular, sino a las iglesias; se formaron varias iglesias locales. Este versículo es representativo de muchos otros que indican que se formaron muchas iglesias locales. Es importante señalar que todas estaban bajo una sola bandera "la de Cristo". Aunque en el génesis de las iglesias cristianas hubo intentos de fragmentarlas en grupos bajo diferentes banderas o denominaciones; "unos de Pablo, otros de Apolos y otros de Cristo", los apóstoles y ancianos batallaron y mantuvieron un solo grupo, las iglesias de Cristo. Sin embargo, sabemos que eventualmente triunfó el individualismo propio de la naturaleza caída del hombre y se fragmentó el grupo de iglesias en lo que hoy conocemos como denominaciones. Esta realidad denominacional no es ejemplo de la unidad que Dios desea y espera de las iglesias locales.


En el versículo 5 de este capítulo Pablo dice “saluda a la iglesia que está en su casa”; en la casa de Priscila y Aquila quienes en ese momento estaban en Roma. En 1 Corintios 16:19 el apóstol dice “Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, os saludan mucho en el Señor.” Aparentemente dondequiera que iban Priscila y Aquila, las personas se convertían y se formaba una iglesia. Es interesante puntualizar que la iglesia estaba en su casa. No hay una norma bíblica que diga dónde puede o no reunirse la iglesia. El punto central es que el concepto original de lglesia Local no tenía conexión alguna con un edificio llamado iglesia. La Iglesia Local es otra cosa: un grupo de cristianos unidos por el Espíritu Santo en un lugar donde trabajan juntos en cierta forma.




  • Norma - Estas congregaciones se reúnen de manera especial en el primer día de la semana.


Aunque no hay muchas referencias, las que hay parecen definitivas (1 Corintios 16:2 y Hechos 20:7). Debemos notar que no se establece una norma de la hora específica para la reunión. El día está establecido, la hora la establece cada grupo.


Sistema de Gobierno de la Iglesia Local


Las cartas de Pablo y el libro de Hechos nos dan ideas de la forma específica que adoptaron estas iglesias. Sabemos que la iglesia tenía líderes. Hechos 14:23 dice “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.”




  • Norma - La iglesia tiene líderes (ancianos y diáconos) que tienen responsabilidades para con la iglesia local.


Ancianos y Diáconos


En el relato hermoso de Hechos 20:17-38, Pablo reúne a todos los líderes de las iglesias de Efeso para despedirse de ellos y amonestarlos acerca de la responsabilidad que tienen para con sus iglesias. En el versículo 28 Pablo dice “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.” La primera responsabilidad de los líderes es cuidar a su congregación de los falsos maestros y de sus falsas doctrinas, ellos son los llamados a administrar la disciplina. La segunda responsabilidad consiste en alimentar a la congregación. Tienen la responsabilidad de asegurarse de que la iglesia no esté anémica. Ellos deben entender que la Palabra de Dios se dio a la iglesia para: mantener fuera la falsa doctrina y sus estilos de vida incorrectos (o que si surgen habrá disciplina) y para evitar que la iglesia se seque como una pasa. Hay que alimentar la iglesia a través de la Palabra de Dios. La palabra “alimentar” implica enseñanza y al mismo tiempo asegurarse de que la congregación aplica de manera genuina estas enseñanzas. En 1 Timoteo 5:17 el apóstol Pablo dice “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.” En la iglesia primitiva había algunos ancianos que se dedicaban especialmente a la predicación y a la enseñanza.




  • Norma - La iglesia tiene diáconos que son responsables de los asuntos materiales.


Además de ancianos había diáconos (Hechos 6:1-6). Para más detalles sobre los diáconos y sus responsabilidades, active el enlace Ministerio de la Diaconía.


Continúa…





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domingo, 25 de mayo de 2008

Ministerio de la Diaconía

Cuando nace la iglesia local su estructura organizativa es sencilla. Un grupo de ancianos (inicialmente apóstoles), guiados por el Espíritu Santo y las Escrituras, preside la congregación. Su rol fundamental es orar, estudiar las Escrituras y predicar el evangelio. En adición tienen la tarea administrativa de supervisar las finanzas de la iglesia y su uso para cubrir las necesidades de sus miembros.


En el libro de los Hechos de los Apóstoles (6:1), su escritor dice: “En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria.” Esto es, a medida que aumenta el número de creyentes se complica el ministerio asociado a cubrir las necesidades diarias del grupo y en especial porque el número de ancianos es pequeño (12) y sus tareas principales son otras. En este contexto los griegos creyentes protestan que sus viudas no estaban siendo atendidas adecuadamente en la distribución diaria del alimento.


Los ancianos reconocen que los hermanos griegos tienen razón e inmediatamente convocan una asamblea de toda la iglesia en Jerusalén. En la asamblea ellos indican que su rol es la oración y el ministerio de la palabra de Dios; y por tanto no es justo que abandonen su deber para servir a las mesas (Hechos 6:2,4). Ellos querían persistir, dedicar todo el tiempo que fuera posible, a la oración y a la predicación.


Note que no objetan la acción de los griegos y proponen a la multitud que identifique siete varones llenos del Espíritu Santo y de sabiduría a quienes se encargue este trabajo (Hechos 6:3). El número de diáconos es de acuerdo con el número personas que hay que atender y la naturaleza del servicio. Este versículo provee el fundamento que permite identificar: las características necesarias para ser diácono, su proceso de selección y su tarea. Primeramente, para ser diácono hay que estar lleno del Espíritu Santo, esto significa que la persona vive de acuerdo a las enseñanzas del Señor y por tanto la congregación lo ve como un ejemplo de fe y conducta. Además tiene que estar lleno de sabiduría, en otras palabras, que aplica correctamente las enseñanzas y especialmente en situaciones de conflicto. Estas características son esenciales para poder administrar sin parcialidad, repartiendo de acuerdo a la necesidad real de cada uno. Las mismas no pueden ser sustituidas por otras características y mucho menos por estudios en administración o como algunos dicen “es bueno en administración”. Los estudios o la habilidad natural son complementos pero no la esencia. Lo primero es lo primero.


Los diáconos fueron seleccionados por la congregación y no por los ancianos. ¿Cuál pudo ser el racional? Recordemos que esta asamblea es motivada porque los bienes diarios no se estaban administrando de forma balanceada, había un elemento de parcialidad en donde cierto sector de la congregación no era atendido adecuadamente. De modo que la manera más apropiada para resolver el problema, consiste en que la congregación misma seleccione quienes harán la repartición diaria. Lo que pareció una idea excelente a la congregación; esto es sabiduría (Hechos 6:5). El rol de los diáconos es administrar los recursos materiales de la iglesia para suplir las necesidades diarias de sus miembros y en especial las de aquellos que no pueden hacerlo por si mismos. De manera que los ancianos se puedan dedicar por completo a los asuntos de la intercesión, del estudio de la palabra y de la predicación.


La congregación seleccionó a siete hermanos con las características esperadas, los trajo a los apóstoles, quienes en presencia de la congregación oraron por ellos imponiéndoles las manos en señal de que los nombraban a su nuevo ministerio, la diaconía (Hechos 6:5-6). Esta organización sencilla trajo como consecuencia que muchas personas se convirtieran a la fe cristiana, incluso muchos de los religiosos de ese tiempo (Hechos 6:7).


Resumiendo el diaconado surge para administrar los recursos materiales de la iglesia de manera que las necesidades materiales de todos los miembros sean cubiertas diariamente. En segundo lugar para que los ancianos se dediquen a interceder por la congregación, a preparar alimento sólido para los creyentes y a predicar el mensaje a los no creyentes.

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sábado, 24 de mayo de 2008

La sincera fidelidad a Cristo

Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos (mente - pensamientos) sean de alguna manera extraviados (contaminar, corromper, destruir) de la sincera fidelidad a Cristo. (2 Cor. 11:3)


Dios nos llamó a ser fieles; no a ser exitosos o prósperos. Si tenemos éxito (estado que depende de cómo se define) o prosperamos económicamente, aunque ese no es el propósito de nuestra vida, le damos gracias a Dios por ello e incluso lo disfrutamos. Sin embargo, estamos claros que Dios nos llamó para que andemos como El anduvo; no para prosperar o tener éxito. Jesús obedeció a su Padre en todo y eso es lo que él espera de nosotros, que seamos obedientes a su palabra siempre, en todo momento.


En el versículo anterior el apóstol Pablo hace énfasis en que nuestra fidelidad debe ser sincera y no fingida. No teniendo apariencia de piedad sino siendo piadosos. La serpiente antigua que es especialista en el “arte” del engaño, puede con astucia alejar al creyente de los estilos de vida y conducta que son propios del que es fiel a las enseñanzas de Cristo. Sin embargo, debido al engaño, a pesar de que está lejos, sigue pensando que está cerca y es fiel.


¿Qué formas de pensar y de vivir son propios de un creyente fiel a Cristo?




  • Soportaos los unos a los otros en el Señor - En las congregaciones hay choques entre los hermanos e incluso entre los líderes. El objetivo es no chocar, pero debido a nuestra condición humana hay choques y en ocasiones producen heridas profundas.


Sin embargo la palabra es clara, debemos soportarnos y sostenernos unos a otros. No cansarnos de apoyar a nuestros hermanos, y en especial a los más débiles, y mucho menos estigmatizarlos, colocándoles una etiqueta y separándonos de ellos. No podemos tratar a un hermano diferente porque no es como nosotros esperamos o queremos. El amor que nos debe caracterizar no es así. Al contrario, mientras más grande la diferencia entre lo que esperamos y lo que vemos, mayor es el deseo de que nuestro amor cubra las faltas.


Comentarios donde se insinúa que el hermano está mal porque no hace esto o aquello no contribuyen a su corrección y restauración. Y mucho menos cuando hacemos comentarios peyorativos: “es un chango”, “yo me lavo las manos, estoy cansado de repetirte lo mismo” y otros. La Biblia dice que; “si el justo cae setenta veces, setenta veces Dios lo levanta”. Esa es la actitud que Dios espera de sus hijos.




  • Si alguno fuere sorprendido en una falta, vosotros que soy espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre – En ocasiones, sin tener la intención de coger fuera de base a uno de nuestros hermanos, notamos que uno de ellos ha cometido una falta. No es que estamos investigando y mucho menos espiando a nuestros hermanos. No somos investigadores privados de la congregación y mucho menos de Dios. La realidad es que hemos visto que un hermano cometió una falta (falla o pecado).


¿Cuál debe ser nuestra reacción? ¿Qué debemos hacer? La respuesta del apóstol es, “vosotros que sois espirituales”, en otras palabras, que para poder corregir la falta como Dios espera, hay que ser espiritual. Si la persona no anda en el Espíritu, no puede corregir como Dios desea. Incluso la persona puede ser espiritual y sin embargo no corregir de la manera adecuada. Por esta razón es que el apóstol Pablo les recuerda a los maduros (incluso líderes) que para que la corrección produzca fruto apacible hay que proceder con mansedumbre. La Biblia es clara “La ira del hombre no obra la justicia de Dios”. Cuando se corrige la falta se hace con palabras que no están cargadas de molestia, enojo e ira. La presión tiene que normalizarse para que la conversación fluya y se pueda analizar la situación cuidadosamente.


Cuando se corrige se hace con mucho cuidado para que la persona sea restaurada, dado que si no se hace de la manera adecuada, los efectos pueden ser contrarios. Además, debemos recordar que debemos tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros. Puesto que mañana puedo ser yo el que cometa la falta y desee que me corrijan con palabras blandas.




  • Nadie tenga más alto concepto de sí que el que debe tener – El gran problema de la serpiente antigua fue que tuvo un concepto de sí mucho más grande (semejante al Altísimo - creador) de lo que realmente era (una criatura). Esta convicción lo condujo a corromper su naturaleza. El mismo veneno inyectó en Eva, engañándola para pensar que podía ser semejante al Altísimo.


Debemos cuidarnos del egoísmo que controló nuestras vidas cuando no éramos creyentes y que incrustado en nuestra piel quiere continuar haciéndolo, aunque seamos creyentes. Todavía nuestro Yo tiene varios vicios de conducta que provienen de la naturaleza pecaminosa, siendo uno de ellos buscar el reconocimiento y la gloria personal. Hacemos las cosas para que nos reconozcan o nos recompensen. Ese Yo se siente grande y quiere que lo sienten en el pequeño trono. Hay que arremeter contra él cada día, crucificando sus pasiones y sus deseos.




  • Cada uno tenga a los demás como superiores a sí mismo – Si adoptamos esta posición crucificamos el Yo. Cuando consideramos que una persona es superior la respetamos y escuchamos cuidadosamente lo que tiene que decir. Nunca la menospreciamos ni la tenemos en poco.



  • No juzguéis nada con parcialidad – Debemos tratar a todos de igual manera, no importa la posición que ocupen. Todos somos iguales a los ojos de Dios, Él no tiene favoritos. No importa cuántos logros haya alcanzado, cuál sea su nivel socioeconómico, cuál sea su nivel educativo, cuál sea su aspecto o su posición de autoridad; recibirá el mismo trato que se da a los demás.


Existe la tendencia de tratar mejor a las personas de las que podemos recibir más; ya sea a nivel espiritual o a nivel material. Sin embargo, tiene más valor para Dios que busquemos al que tiene mayor necesidad y le demos de lo que hemos recibido. Es mejor dar que recibir.


El creyente que vive de esta manera, es luz y sal de la Tierra.




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jueves, 22 de mayo de 2008

La astucia de la serpiente

Pero temo que como la serpiente con su astucia [1] engañó [2] a Eva, vuestros sentidos (mente - pensamientos) sean de alguna manera extraviados (contaminar, corromper, destruir) de la sincera (pura, sin agendas) fidelidad [3] a Cristo. (2 Cor. 11:3)


La serpiente antigua (el diablo, Satanás) es muy hábil en el "arte" de engañar – comenzó engañándose a si misma. En el pasado remoto, llegó a creer que “era semejante al Altísimo” (Isa. 14:14). Deslumbrado por su sabiduría y belleza, desarrolló un amor excesivo por si mismo (egoísmo) que se convirtió en la convicción de que era igual al Altísimo y por consiguiente tenía que cuestionar su autoridad e incluso resistirla. La actitud de que era más grande de lo que las otras criaturas pensaban, al punto de que debía considerarse a la altura de Dios, lo llenó de maldad, lo condujo a rebelarse contra Dios y ha experimentar la gran caída. La criatura probablemente más hermosa, sabia y poderosa del universo corrompió su entendimiento y se reveló contra el Dios que la creó.


En el huerto del Edén, con gran habilidad, la serpiente se acercó a Eva, una criatura perfecta, y la convenció de que Dios no le estaba diciendo la verdad. La serpiente le dijo a Eva, más o menos lo siguiente; “Dios no te dice toda la verdad porque te ama y no quiere que mueras, sino porque tiene miedo de que al comer del árbol seas semejante a Él”. La habilidad de la serpiente para hacer que la mentira se vea y acepte como verdad atrapó a Eva. Inmediatamente Eva dudó de la palabra de Dios y comenzó a ver las cosas desde otra perspectiva. Desde la nueva óptica el centro es la criatura y Dios pasa a ser un semejante. Por tanto, según este nuevo esquema, la voluntad de la criatura tiene el mismo valor y puede entrar en conflicto con la voluntad de Dios. El resultado es que la criatura se revela contra su creador.


Una vez que el veneno de la mentira corrió por el sistema sanguíneo de Eva, comenzó a ver que la fruta símbolo de la desobediencia era hermosa en todo el sentido de la palabra. Es agradable a la vista (se ve bien), buena para comer (olor grato y posiblemente de buen sabor) y necesaria para alcanzar la sabiduría (si como de ella seré como Dios). Esta secuencia posiblemente ilustra las etapas que atravesó Eva en su proceso de desobediencia y caída. Esta situación muestra cuan poderoso es el engaño: vez, escuchas, sientes, piensas y crees lo que no es. Una criatura que Dios creó del costado de Adán fue engañada al punto de creer que al comer de una fruta llegaría a ser semejante a Dios. Si se analiza la situación cuidadosamente, desde cualquier punto de vista, es absurdo pensar que un mordisco de la fruta la convertiría en fuente de vida y de luz. ¿Cómo pudo llegar a creerlo? Seducida por el maestro y padre de todo engaño y mentira.



Por tanto, no debemos ignorar las maquinaciones del enemigo. El que está firme no debe descuidarse, ni subestimar a su enemigo, debe mantenerse alerta puesto que éste anda buscando a quién engañar. Por otra parte, confiados de que: El que está en nosotros es mayor que El que está en el mundo, Él lo ha vencido y nos ha dado su victoria. Y la victoria que vence el mundo, es nuestra fe.


Continuará ... La sincera fidelidad a Cristo







[1] Agudo, hábil para engañar o evitar el engaño o para lograr cualquier fin.





[2] Dar a la mentira apariencia de verdad. Inducir a alguien a tener por cierto lo que no lo es, valiéndose de palabras o de obras aparentes y fingidas. Fingir - Dar a


entender lo que no es cierto. Dar existencia ideal a lo que realmente no la tiene. Simular, aparentar. Seducir – engañar con arte y maña (manera o modo de hacer


algo – destreza).





[3] Fiel - constante en sus afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones y no defrauda la confianza depositada en él.







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viernes, 16 de mayo de 2008

¿Qué sucedió cuando me convertí?

Dentro del lenguaje cristiano, ¿qué significa convertirse? Una persona se convierte si reconoce que:




  • es un pecador (ha mentido, ha codiciado, ...) y como tal un enemigo de Dios sin posibilidad de participar de su reino,

  • no hay nada que pueda hacer por si misma para que su pecado sea perdonado,

  • Jesucristo, Dios hecho hombre, siendo inocente, murió en la cruz para pagar el precio de su pecado,

  • Jesucristo resucitó de entre los muertos por cuanto la muerte no podía retenerlo, y por tanto

  • Él es el único camino para llegar a Dios y participar de su reino.


Este proceso de convicción que ocurre en el interior de la persona es lo que los cristianos llaman convertirse a Cristo. El apóstol Pablo en el libro de los Hechos dice “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.” Tan pronto una persona experimenta esta convicción interna (cree) la Biblia dice que es salvo; esto es, pasa de muerte (reino de las tinieblas – hijo del diablo) a vida eterna (reino de luz – hijo de Dios).


En el instante cuando se completa el proceso, el Espíritu de Dios procede a hacer morada en el creyente, haciéndole parte de la Iglesia de Cristo e indicando que es propiedad de Dios. La Biblia dice que “Dios no da el Espíritu por medida”. Todos los creyentes reciben el mismo Espíritu cuando creen – Dios no tiene preferidos. Desde ese momento, Jehová le guarda y el diablo no lo puede tocar. Los habitantes del mundo espiritual se dan cuenta cuando una criatura pasa de muerte a vida – ellos lo pueden ver claramente y no tienen duda.


El Espíritu, la naturaleza divina en él, le guía a toda verdad permitiéndole entender la Escritura y aplicarla a su vida diaria, le redarguye cuando ha hecho algo fuera de lugar, le da fuerza cuando la necesita e intercede por él ante Dios Padre cuando él mismo no sabe como hacerlo. En el instante de la conversión comienza el proceso de santificación que consiste en dejar que el Espíritu Santo dirija sus pensamientos y acciones para que su persona sea una réplica lo más exacta posible de la persona de Jesucristo. Esto es lo que la Biblia llama “andar en el espíritu”. Cuando el discípulo anda en el Espíritu hace la voluntad de Dios. El creyente no logra ser una réplica exacta debido a su resistencia, con cierta frecuencia, a hacer lo que el Espíritu le indica.


¿Cómo saben los habitantes de este mundo que una persona se ha convertido? Puesto que ningún mortal conoce el corazón de otra persona, la única manera de saber que una persona se ha convertido es por su conducta, lo que la Biblia llama frutos. La marca del verdadero cristiano es el amor. Cuando se ama; se soporta, se tolera, se perdona y se da sin esperar a cambio. Los cristianos se conocen por sus frutos de amor.


El proceso de santificación se completará cuando el creyente se encuentre con Cristo en su segunda venida para establecer su reino milenario, o cuando experimente la muerte física (donde el alma/espíritu se separa del cuerpo) y llegue al tercer cielo (el paraíso). La próxima etapa consiste en la glorificación, cada creyente recibirá un cuerpo inmortal y será como Él es.



Nota: La segunda venida de Cristo se dará cuando Él toque tierra otra vez y establezca Su reinado de mil años en esta tierra, según Apo. 19-20. Hay un evento que ocurrirá siete (7) años antes de eso, conocido como el “rapto” de la iglesia. Estamos viviendo en los tiempos antes de esos eventos, así que, cuando el creyente muere físicamente va a la presencia del Señor (2 Cor. 5:6, 8; Fil. 1:23), y en ese caso se completa su proceso de santificación. Los que no hayan pasado todavía por el proceso de la muerte física y estén vivos al momento del rapto de la iglesia, en un instante, en un abrir y cerrar de ojos (1 Cor. 15:50-53; 1 Tes. 4:13-18) serán transformados y es entonces que para ellos se completará el proceso de santificación. Los que ya pasaron por la muerte física resucitarán primero con sus cuerpos transformados antes que los que estén vivos sean transformados. (Otto Irizarry)

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jueves, 15 de mayo de 2008

El amor cubre multitud de faltas

El apóstol Pedro escribe en el capítulo 4 y versículo 8 de su primera carta "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados."


Esta es una orden seca, el cristiano tiene que amar fervientemente a sus hermanos. El diccionario de la Real Academia Española señala que cuando se ama con fervor, se hace con intensidad y con entusiasmo. La persona que ama de esta manera se puede distinguir con facilidad ya que un calor muy intenso la rodea. Se puede sentir su amor aún a la distancia. ¿Cuántos de nosotros amamos de esta manera? La verdad es, que muy pocos.


El apóstol indica que el atributo más importante del cristiano es su amor por todas las criaturas y en especial por sus hermanos en la fe. De hecho, el apóstol Juan dice que esta es la marca del cristiano. Cuando el cristiano ama como dice Pedro, está dispuesto a perdonar no importa con que intensidad y frecuencia ha sido ofendido. Obviamente esta actitud solo se puede lograr cuando el cristiano tiene una comunión muy íntima con nuestro Señor Jesucristo, en donde el Espíritu Santo guía sus pensamientos y sus acciones. Esta comunión se logra a través del ejercicio continuo de las disciplinas básicas: Biblia, oración, meditación, ayuno y el rendimiento completo de la voluntad a la dirección del Espíritu Santo.


El que ama de esta manera siembra aunque no reciba nada a cambio. No ve las relaciones interpersonales como un asunto de inversión, donde se hace un bien para recibir un premio que puede ser metálico o un asunto de reconocimiento. El que ama de esta manera ha aprendido a contentarse con cualquiera que sea su situación; tanto en la abundancia como en la escasez. Está dispuesto a nadar contra la corriente aunque su persona sea lacerada por la corriente. La corriente se manifiesta en comentarios tales como ¿No deberías pagarle con la misma moneda? Tú no eres muy inteligente. Sin embargo, el cristiano cubre con amor aún a aquellos que le atacan continuamente. En última instancia, está imitando a su Señor Jesucristo, quien vivió de esta manera toda su vida, dejándonos su ejemplo para que andemos como Él anduvo. Él nos ha dado el Espíritu Santo para que lo que no podemos hacer con nuestras propias fuerzas lo hagamos en el poder del Espíritu Santo, si nos lo proponemos realmente.




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lunes, 12 de mayo de 2008

Metamorfosis del Cristiano - Parte II

Los versículos clave para esta reflexión aparecen en el capítulo 12 del libro de Romanos, en donde el apóstol Pablo nos dice


"Así que hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. Y no os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que experimentéis cual sea la buena voluntad de Dios; agradable y perfecta". (versos 1-3)


En el artículo anterior se hizo meridianamente claro que el producto de la transformación consiste fundamentalmente en abandonar unos moldes de pensamiento que constituyen la corriente de este siglo o la moda que prevalece en el tiempo que nos ha tocado vivir. Pero además de abandonar, hay que también velar y resistir cada día la fuerza de la corriente, puesto que ella tratará de llevarnos a las prácticas anteriores o a utilizar "modalidades nuevas" que en realidad son variantes contemporáneas de los mismos patrones antiguos. Recordemos que el príncipe de este siglo (Satanás) es padre de toda mentira; lo que significa que se especializa en al arte del engaño y sabemos que tiene una experiencia enorme en este departamento.


¿Cómo se logra la transformación?


El apóstol indica que esta se logra "renovando el entendimiento". La primera etapa en el proceso de transformación (de viejo a nuevo hombre) es la renovación del entendimiento. Prácticamente todas nuestras estructuras de pensamiento (formas de pensar acerca de nosotros mismos y de los demás) tienen que ser reemplazadas por las que crea el Espíritu Santo por medio de la palabra de Dios. A medida que pasa el tiempo, el Espíritu Santo, la naturaleza divina que está en nosotros, va creando el nuevo hombre a través del cambio radical de nuestras formas de pensamiento; de una vida centrada en el yo a una vida centrada en Cristo y en los demás.


El apóstol Juan, en su primera carta, indica que "El Espíritu Santo nos enseñará todas las cosas". Nuestro maestro es el Espíritu Santo. En otras palabras, a medida que estudiamos a fondo la Biblia, el Espíritu nos capacita para comprender su significado y confrontar nuestras viejas formas de pensamiento con las nuevas que se presentan en la Escritura. En este proceso de confrontación interna el Espíritu nos muestra con claridad que las viejas formas no son conforme al nuevo plan y por consiguiente hay que abandonarlas y adoptar las formas nuevas.


Usar la mentira para lograr algo (aunque sea bueno) es una forma de pensamiento vieja y muy común, que caracteriza a la vieja naturaleza (viejo hombre). Satanás utilizó la mentira para engañarse a sí mismo y esa misma mentira la utilizó con Eva, haciéndola creer que ella era divina por naturaleza. En la Biblia a Satanás se le llama “Padre de toda mentira”. De manera que, el que miente con frecuencia no anda en el Espíritu y está dando lugar a los estilos de vida antiguos. El mandato claro de la Biblia es que “no mintamos” a nadie. Aunque hay mentiras que son evidentes, hay otras que son más sutiles y difíciles de detectar. Estas últimas son las que utiliza el maligno para extraviarnos de la sincera fidelidad a Cristo. Por lo tanto, debemos tener mucho cuidado con las ideas que entran a nuestra mente y meditar en las que ya forman parte de nuestros pensamientos.


Otro patrón del viejo hombre y muy común entre las personas es “tratar a los demás de acuerdo a su estado”. En otras palabras, dar trato preferencial a ciertas personas por motivo de: la posición de autoridad que ocupan, su nivel educativo, su nivel socioeconómico, su apariencia, su sexo, y otros. Esto es lo que la Biblia también llama “juzgar con parcialidad”. Cuando se da trato preferencial se juzga a una persona superior a la otra. Dios detesta la parcialidad y especialmente cuando se utiliza para obtener beneficio. Por ejemplo, una persona que solo comparte con los líderes y muy poco con los otros miembros de la comunidad. En todas las actividades está con los líderes y no dedica un tiempo similar a conocer los otros miembros de la comunidad. El caso más severo ocurre cuando este comportamiento es con el propósito de ser incluido en el grupo de los líderes. La voluntad de Dios es que demos a todos más o menos el mismo tiempo y afecto independiente de la posición que ocupen en la comunidad.


Para poner en práctica estas nuevas formas de pensamiento tenemos que orar para que el Espíritu Santo nos fortalezca y podamos nadar en contra de la corriente de este siglo. En lugar de mentir, decir la verdad no importa cuanto nos cueste. En lugar de juzgar con parcialidad, tratar a todos por igual aunque según el siglo esto signifique no alcanzar la posición que se anhela. Lo que Dios quiere que recibamos llegará sin tener que recurrir a estilos que son propios del mundo.


La práctica constante de estas nuevas formas de pensamiento (la verdad es mejor que la mentira, todos somos iguales) hace que pasen a ser parte de nuestra nueva persona y carácter. El haberlas practicado con mucha frecuencia no significa que ya no fallaremos en estas áreas. Aún cuando estemos firmes debemos continuar vigilantes, ya que como un camaleón, el siglo desarrolla nuevos disfraces para los viejos patrones con el propósito de engañarnos. Para estar firmes: debemos estudiar cuidadosa y continuamente la Palabra de Dios, orar y meditar para escuchar la voz del Espíritu Santo a medida que nos enseña el significado de la Palabra y al mismo tiempo nos indica como aplicarla, y finalmente pedirle que nos fortalezca para traducir nuestros nuevos pensamientos en acciones que son fruto de la presencia de Dios en nuestras vidas.

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sábado, 3 de mayo de 2008

Moisés - El hombre más manso de la Tierra

Uno de los elementos que distingue a la Biblia de los demás libros, apuntando a su origen no humano, es que presenta escuetamente los errores de sus héroes o protagonistas. No oculta ninguna de las faltas de los personajes principales de la historia bíblica, los presenta tal como son; con sus virtudes y sus momentos de debilidad. Moisés es uno de esos personajes. En esta ocasión queremos reflexionar sobre el hecho de que Dios lo declara "el hombre más manso que había en la Tierra". Esta declaración se encuentra en Núm 12:3 "Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra."

El diccionario de la Real Academia Española define manso como; "De condición benigna y suave. Dicho de una cosa: apacible, sosegada y tranquila". Además, según esta fuente, este término implica una persona moderada que tiene control de sí mismo, esto es de sus apetitos y pasiones. De manera que se puede deducir que esta persona no se enoja (ni le da ira) con facilidad y si lo hace, tiene la costumbre o ha desarrollado el hábito de controlarla.

¿Tenía Moisés problemas con la ira? No. ¿Tuvo Moisés incidentes de ira? Sí. Se examinarán tres incidentes en la vida de Moisés:

  • Cuando da muerte al egipcio.

  • Cuando golpea la roca en dos ocasiones.

  • Cuando rompe las tablas de piedra.


Para abundar sobre estas tres situaciones se utilizarán las lecturas básicas: Hechos 7 y Números 20 y Éxodo 32.

Moisés da muerte al Egipcio - ¿Es su acción el resultado de un arranque de ira no controlada? Veamos lo que dice la Biblia, Hechos 7:22-25:

" Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus dichos y hechos. Y cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino voluntad de visitar a sus hermanos los hijos de Israel. Y como vio uno que era injuriado, defendióle, e hiriendo al Egipcio, vengó al injuriado. Pero él pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por su mano; mas ellos no lo habían entendido."

El que Moisés fuera enseñado en toda la sabiduría de los egipcios podría implicar que además de dominar las ciencias y las matemáticas era un hombre diestro en la batalla corporal. Esteban inspirado por el Espíritu Santo dio a entender que Moisés era una persona reconocida; con dominio de la palabra y de la acción. Esta lectura indica que el amor por sus hermanos lo inquietó para que los visitara; al ver que uno de ellos era maltratado y golpeado, intervino en su defensa y en el proceso hirió de muerte al egipcio. En Éxodo capítulo 2 se indica que Moisés primero cotejó cuidadosamente que no hubiera testigos, luego mató al egipcio y lo escondió.

Es importante señalar que la escena presentada en la palabra indica que intervino para impedir que se hiciera daño a uno de sus hermanos y que actuó con cautela. No hay indicio de que estuviera airado; y de que mató el egipcio como resultado de su ira no controlada. La posición anterior sería el resultado de una inferencia (colocar una emoción en Moisés) y no de una observación. De hecho, Moisés pensaba que sus hermanos entendían que Dios les estaba dando libertad por su mano.

Por otra parte, el próximo día, cuando Moisés intervino en una disputa entre dos de sus hermanos hebreos, tratando de poner paz entre ellos, donde uno golpeaba a otro, el agresor maltrató de palabras a Moisés y lo empujó; sin embargo, Moisés no se llenó de ira ni levantó su mano contra ese hermano. Al Moisés oír que lo habían visto cuando mató al egipcio, tuvo miedo y huyó. Debemos recordar que Moisés era el hombre más manso que había en la Tierra.

Moisés golpea la roca en dos ocasiones - ¿Es su acción el resultado de un arranque de ira no controlada? Veamos lo que dice la Biblia en Números 20: 7-12

"Y habló el SEÑOR a Moisés, diciendo: Toma la vara y reúne a la congregación, tú y tu hermano Aarón, y hablad a la peña a la vista de ellos, para que la peña dé su agua. Así sacarás para ellos agua de la peña, y beban la congregación y sus animales. Tomó Moisés la vara de la presencia del SEÑOR, tal como Él se lo había ordenado; y Moisés y Aarón reunieron al pueblo ante la peña. Y él les dijo: Oíd, ahora, rebeldes. ¿Sacaremos agua de esta peña para vosotros? Entonces Moisés levantó su mano y golpeó la peña dos veces con su vara, y brotó agua en abundancia, y bebió el pueblo y sus animales.Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Porque vosotros no me creísteis a fin de tratarme como santo ante los ojos de los hijos de Israel, por tanto no conduciréis a este pueblo a la tierra que les he dado."

En una ocasión anterior, en Horeb, el pueblo había murmurado por falta de agua y Dios la había indicado a Moisés que golpeara la peña con la vara y que saldría agua de ella. Moisés obedeció a Dios y la peña dio agua. De manera que Moisés tenía experiencia en este tipo de circunstancias - hizo lo que Dios dijo y la peña dio agua.

En esta segunda ocasión, Dios dice a Moisés que hable a la roca en presencia del pueblo y ella dará agua. Sin embargo, Moisés hace lo que le parece y no lo que Dios dijo que hiciera. En lugar de hablar a la peña la golpea en dos ocasiones. Aunque desobedeció, Dios lo honró haciendo que la peña diera agua. ¡Oh cuán inmensa es la misericordia y la fidelidad de Dios! Luego el Señor reprende a Moisés y a Arón, diciéndoles que no le creyeron a Él y por esta razón no entrarían en la tierra prometida. Note nuevamente que la Biblia no da indicios de que Moisés golpeo la peña en un arranque de ira no controlada. Sencillamante dice que su problema fue no seguir las instrucciones específicas de Dios. El asociar la acción de Moisés con un arranque de ira es una inferencia y no una observación.

Moisés rompe las tablas de piedra - ¿Es su acción el resultado de un arranque de ira no controlada? Veamos lo que dice la Biblia en Éxodo 32:19-35

"Y sucedió que tan pronto como Moisés se acercó al campamento, vio el becerro y las danzas; y se encendió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las hizo pedazos al pie del monte. Y tomando el becerro que habían hecho, lo quemó en el fuego, lo molió hasta reducirlo a polvo y lo esparció sobre el agua, e hizo que los hijos de Israel la bebieran... Porque me dijeron: "Haznos un dios que vaya delante de nosotros; pues no sabemos qué le haya acontecido a este Moisés... Y viendo Moisés al pueblo desenfrenado, ... Y sucedió que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, y yo ahora voy a subir al SEÑOR, quizá pueda hacer expiación por vuestro pecado... Pero ahora, si es tu voluntad, perdona su pecado, y si no, bórrame del libro que has escrito. Y el SEÑOR dijo a Moisés: Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro.
... Y el SEÑOR hirió al pueblo por lo que hicieron con el becerro que Aarón había hecho."


En esta ocasión, Moisés se encendió en ira e hizo pedazos las tablas con los diez mandamientos que había recibido de Dios. Sin embargo, el texto hace claro que esta ira fue aceptable a Dios puesto que era producto del celo de Moisés por la casa de Dios y su indignación con la conducta inaceptable de sus hermanos.

Resumen - La situación de la peña muestra que cuando Moisés no hizo lo que era correcto, Dios se lo notificó inmediatamente. De manera que la ruptura de las tablas fue aceptable a los ojos de Dios- la intención del corazón de Moisés era la correcta. Moisés fue en verdad el hombre más manso que había en la tierra.


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