jueves, 15 de mayo de 2008

El amor cubre multitud de faltas

El apóstol Pedro escribe en el capítulo 4 y versículo 8 de su primera carta "Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados."


Esta es una orden seca, el cristiano tiene que amar fervientemente a sus hermanos. El diccionario de la Real Academia Española señala que cuando se ama con fervor, se hace con intensidad y con entusiasmo. La persona que ama de esta manera se puede distinguir con facilidad ya que un calor muy intenso la rodea. Se puede sentir su amor aún a la distancia. ¿Cuántos de nosotros amamos de esta manera? La verdad es, que muy pocos.


El apóstol indica que el atributo más importante del cristiano es su amor por todas las criaturas y en especial por sus hermanos en la fe. De hecho, el apóstol Juan dice que esta es la marca del cristiano. Cuando el cristiano ama como dice Pedro, está dispuesto a perdonar no importa con que intensidad y frecuencia ha sido ofendido. Obviamente esta actitud solo se puede lograr cuando el cristiano tiene una comunión muy íntima con nuestro Señor Jesucristo, en donde el Espíritu Santo guía sus pensamientos y sus acciones. Esta comunión se logra a través del ejercicio continuo de las disciplinas básicas: Biblia, oración, meditación, ayuno y el rendimiento completo de la voluntad a la dirección del Espíritu Santo.


El que ama de esta manera siembra aunque no reciba nada a cambio. No ve las relaciones interpersonales como un asunto de inversión, donde se hace un bien para recibir un premio que puede ser metálico o un asunto de reconocimiento. El que ama de esta manera ha aprendido a contentarse con cualquiera que sea su situación; tanto en la abundancia como en la escasez. Está dispuesto a nadar contra la corriente aunque su persona sea lacerada por la corriente. La corriente se manifiesta en comentarios tales como ¿No deberías pagarle con la misma moneda? Tú no eres muy inteligente. Sin embargo, el cristiano cubre con amor aún a aquellos que le atacan continuamente. En última instancia, está imitando a su Señor Jesucristo, quien vivió de esta manera toda su vida, dejándonos su ejemplo para que andemos como Él anduvo. Él nos ha dado el Espíritu Santo para que lo que no podemos hacer con nuestras propias fuerzas lo hagamos en el poder del Espíritu Santo, si nos lo proponemos realmente.




Free Hit Counter

Etiquetas:

0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio