La escena del Leopardo

Él está presente y no está callado

Este video se puede interpretar de varias maneras y muchas de ellas compatibles. Comenzaré mencionando que el Leopardo podría representar el enemigo de nuestras almas que continuamente está asechándonos. "Anda siempre buscando a quien devorar". A quien atrapar en las redes del engaño y de la desobediencia. Es por esta razón que aunque nos sintamos fuertes y muy seguros, debemos estar siempre vigilando. Estamos en el campo enemigo (Satanás es el príncipe de este siglo) y él sabe que somos miembros del otro reino, el reino de la luz, y que por consiguiente estamos aquí para continuar deshaciendo sus obras y su reino. Es por esta razón que él y sus demonios nos asechan continuamente y el mundo nos rechaza. De manera que siempre debemos estar vestidos de toda la armadura de Dios y dispuestos para la batalla. Firmes y velando, porque no ignoramos las maquinaciones del enemigo de nuestras almas.

En esta ocasión el cachorro no estaba preparado para enfrentar el Leopardo. De manera que tan pronto detectó al enemigo huyó rápidamente. Hay situaciones en la vida del cristiano donde hay que huir. Por ejemplo, esta escena se podría interpretar como una tentación - el enemigo tratando de engeñarnos - desviando nuestros sentidos de la sincera fidelidad a Cristo. Si el creyente entiende que no puede enfrentar la situación y manejarla, lo mejor es que salga corriendo y huya de ella. Lo hizo José cuando la esposa de Potifar fue el instrumento del asecho y se lo recomendó Pablo a Timoteo, huye, en el caso de las pasiones.

Por otra parte, los ojos de nuestro Padre siempre están sobre nosotros y Él tiene el control de toda situación. Él no permitirá que seamos probados más allá de nuestras fuerzas y juntamente con la prueba nos proveerá la salida. No estamos solos, Él está siempre a nuestro lado, como poderoso Gigante, aún cuando no lo sintamos. Su presencia no está determinada por nuestros sentimientos. Él nos guarda y nos guardará de toda situación. Nadie nos podrá arrebatar de su mano.

Aprendamos a confiar en su provisión y protección continua.