viernes, 24 de abril de 2009

Revisando algunas de nuestras Estrategias a la Luz de los Cambios Sociales

Por Milton Picon

Tenemos que enfrentarnos a la realidad de un nuevo Puerto Rico. Vivimos en la sociedad del relativismo moral. Eso ha cambiado totalmente las reglas de juego y nos obliga a revisar nuestras estrategias. Hemos llegado a ser una generación forzada al rol de ser imitadores culturales, o gente que se adapta a la cultura. Dios está haciéndole un llamado serio a la Iglesia de convertirnos en originadores de cultura.


Sin una visión bíblica y pública que defienda el bien común, los políticos y parte de un segmento de la sociedad tienden a ver nuestro envolvimiento en los procesos públicos como algo, que aunque sea constitucionalmente admisible, lo ven como intrusivo y no bienvenido. Sin un compromiso de una visión común, para un bien común, estamos vulnerables a que nos sigan etiquetando como "ayatolas", "fundamentalistas", la "derecha religiosa" y otros estereotipos similares. Van a seguir percibiendo la imagen equivocada de nosotros como gente que no nos interesa la justicia, sino imponer nuestros propios criterios. Tenemos que corregir varios errores en nuestra logística que han sido hasta cierto punto responsables de estos reveses.


Hemos concentrado nuestro poder en las periferias de la sociedad moderna, en vez de en el centro. Es tiempo de volver a retomar las Universidades y estar cerca de los medios de comunicación y la tecnología moderna. La comunidad homosexual explotó el aspecto de la exposición pública. Hicieron una campaña de medios que apeló a la libertad y a la privacidad del ser humano. Organizaron una red de organizaciones que podían responder inmediatamente a informaciones y/o comunicados que generara la Iglesia y minsiterios. Utilizaron la red de informática de internet para publicar cualquier noticia positiva o victorias que surgieran en sus luchas e inmediatamente la enviaban a los periódicos locales.


Hemos descansado sobre la fortaleza populista y de la retórica, descuidando el acercarnos a personas en eminencia e ir trabajándolos. Tenemos que diversificar nuestras estrategias y preparar personas que puedan hacerle acercamientos a líderes claves dentro del mundo de la política. Hemos tratado de cambiar la sociedad a través de la política, en vez de cambiarla a través de la cultura. Eso no solo cambió el énfasis tradicional de cambiar la sociedad, a través del cambio de sus individuos, sino que nuestro trabajo ha llegado a un tiempo, en donde la propia gente se ha dado cuenta de que la política no puede afectar o cambiar las crisis más agudas que tiene la sociedad. Esas crisis ahora son llamadas como culturales, o pre-políticas. Por esta razón hay que educar a nuestra gente sobre todos estos temas para que puedan incorporarlos como parte de su conversación con los no-creyentes. Esto se puede lograr utilizando con sabiduría nuestros propios medios de comunicación y los programas de Educación Cristiana en las Iglesias e Institutos Bíblicos. Y no menos importante. Hemos tratado de descansar en la retórica de la protesta, del pronunciamiento, de la confrontación, sin preparar personas en el arte de la persuasión. Y todo esto, a pesar de que la propia naturaleza del Evangelio, los precedentes en nuestra historia y los retos del pluralismo contemporáneo se combinan para hacer que el ganar corazones y mentes se convierta en una prioridad urgente.


¿Hay esperanza? Seguro que sí. Los sacudiones que hemos recibido enlos úlltimos años nos debe de dar el estímulo que necesitabamos para sentarnos a dialogar profundamente. Estamos un poco rezagados, pero no es demasiado de tarde.


Marcha_Coalicion_Cuidadana_2003


Marcha de la Coalición Ciudadana en Defensa de la Moral y la Familia frente al Capitolio en el 2003



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